Inspirada en tantísimos relatos de discusiones de pareja que se escuchan a diario, me propuse abrir las puertas a la reflexión y al debate de este complejo tema.
Es cierto que no hay pareja perfecta pero, ¿Qué ocurre con las parejas hoy en día? ¿Será cierto que ante la adversidad recurren más a los abogados que a los terapeutas?¿Se habrán dado por vencidos rapidamente?
Cuando se llega a la consulta, en general, ya se han sucedido varios conflictos que se han ido acumulando durante mucho tiempo. Ansiedad, angustia, enojos y rencores. Éstos son los sentimientos que se expresan con frecuencia. Pero más allá de estos, hay una constante que surge siempre, tarde o temprano, y pese a la historia y particularidad de cada individuo. Esta constante es la "COMUNICACIÓN". "La comunicación es la base de una pareja", frase más que escuchada ya, pero no menos efectiva e importante. Y si... es el pilar desde donde se construye y se consolida una relación. Ahora bien, acá el dilema: no siempre comunicación es sinónimo de diálogo. Nuestro cuerpo todo se comunica constantemente. Con nuestros gestos y movimientos. Aunque no digamos nada, siempre estamos diciendo algo. Pero, ¿Estamos realmente seguros de que el mensaje que queremos dar llega correctamente? Lamentablemente no siempre es así.
Encuentro de manera frecuente un síntoma recurrente de las parejas. El creer y suponer que el otro sabe y conoce de mi malestar y, por lo tanto, que debería actuar en consecuencia. Pero, en cambio, muchas veces, esa respuesta nunca llega, o peor aún, la respuesta no es la esperada. Esto nos genera enojo y tendemos a hacer reclamos. Despotricamos contra el otro luchando por nuestra verdad absoluta.
Pero ésto no es lo peor. El otro se enoja aún más por sentirse maltratado, supuestamente sin motivo aparente. "Sos un histerica/o"... "Nada te viene bien"... "Todo lo que hago te parece mal". Y finalmente nos damos cuenta, en las mejores situaciones, de que el otro nunca se había enterado de nuestro malestar en primera instancia. No nos supimos explicar bien. O tal vez pretendíamos que se conozcan mágicamente nuestros sentimientos a cada momento.
Esta y tantas otras discusiones podrían evitarse, si hubiera DIÁLOGO, es decir: expresión e intercambio de ideas y pensamientos. Es muy común que alguno de los integrantes de la pareja, sino ambos, se enfrente con dificultades para expresar sus ideas claramente. Y ésto genera un círculo vicioso que es el que se encarga de que, día tras día, vaya erosionando, entre otras situaciones, al vínculo de pareja.
Pero bien, lo importante es el "DARSE CUENTA". Todo se trata de aprender de los errores para no repetir constantemente el síntoma. Incluso es típico que el síntoma en cuestión se arrastre de pareja en pareja, creyendo que, tal vez, su "destino" es el de ser un eterno incomprendido.
Pero bien, lo importante es el "DARSE CUENTA". Todo se trata de aprender de los errores para no repetir constantemente el síntoma. Incluso es típico que el síntoma en cuestión se arrastre de pareja en pareja, creyendo que, tal vez, su "destino" es el de ser un eterno incomprendido.

Construyamos espacios para el diálogo. Expresemos mas libremente nuestras ideas y deseos, así como también nuestros malestares. Siempre respetándonos. No esperemos que los demás decodifiquen nuestras intenciones. Esto es material para generar malentendidos. Y cuando solos no podemos, pidamos ayuda a profesionales que nos orienten.
La pareja se construye de a dos, y de a dos podrán tomar las mejores decisiones para poder afrontar y enfrentar las diferencias y caminar juntos el camino que eligieron.