El fracaso puede ser un estado momentáneo, en determinada situación, pero no nos define como personas.
Es cierto que en la sociedad que vivimos se nos exige prácticamente que seamos perfectos, que en todo triunfemos, y sino, que al menos seamos exitosos! El fracaso es también una herida narcisista, tiene un efecto directo y negativo en nuestra autoestima, no siempre estamos dispuestos a aceptar que nos equivocamos, que las cosas no salieron como las planeamos, o que no somos tan buenos en algo como creíamos... Pero, que hacer mientras se está atravesando un fracaso?
*Tener en cuenta que el fracaso es sólo un momento, no un estado permanente. En todo proyecto hay una serie de fracasos que siguiendo el método “prueba y error” nos van enseñando y marcando el camino al éxito. Es importante que intentemos no desanimarnos porque de ese modo no salió bien, o por ese camino no llegamos, lo importante de fracasar es poder tomar esa experiencia y transformarla en algo provechoso, lo único que un fracaso significa es “de este modo no” o “no en este momento”. Como hemos mencionado en otro artículo, las capacidades y habilidades se aprenden y entrenan, por lo que quizás algo que en este momento no podemos realizar será posible más adelante. Es imposible intentar correr cuando no se ha aprendido a caminar.
*Estar atentos a qué metas nos fijamos, no ser como el perfeccionista destinado a conseguir nada más que fracasos, es decir, no fijarnos metas inalcanzables, tener en cuenta la realidad y la mayor cantidad posible de factores que influyen para que podamos alcanzar la meta y que todo proyecto se va cumpliendo por etapas y es necesario terminar una para comenzar con la otra.
*Por último, pero no menos importante, es tomar conciencia de que para ser exitoso en algo hay que dedicarle mucho tiempo y energía a ese proyecto. Es imposible ser exitoso en todo, cuando se está concentrando la energía en un aspecto de la vida (puede ser la familia, los estudios, el deporte, las amistades, el trabajo, etc.) es normal que se descuiden los otros aspectos. Lo más recomendable es lograr un equilibrio, y distribuir tan equitativamente como sea posible la energía y atención entre las áreas de interés. Tener las prioridades en claro será fundamental para que no vivamos como un fracaso aquello que queda relegado a un 2º lugar.
*Tener en cuenta que el fracaso es sólo un momento, no un estado permanente. En todo proyecto hay una serie de fracasos que siguiendo el método “prueba y error” nos van enseñando y marcando el camino al éxito. Es importante que intentemos no desanimarnos porque de ese modo no salió bien, o por ese camino no llegamos, lo importante de fracasar es poder tomar esa experiencia y transformarla en algo provechoso, lo único que un fracaso significa es “de este modo no” o “no en este momento”. Como hemos mencionado en otro artículo, las capacidades y habilidades se aprenden y entrenan, por lo que quizás algo que en este momento no podemos realizar será posible más adelante. Es imposible intentar correr cuando no se ha aprendido a caminar.
*Estar atentos a qué metas nos fijamos, no ser como el perfeccionista destinado a conseguir nada más que fracasos, es decir, no fijarnos metas inalcanzables, tener en cuenta la realidad y la mayor cantidad posible de factores que influyen para que podamos alcanzar la meta y que todo proyecto se va cumpliendo por etapas y es necesario terminar una para comenzar con la otra.
*Por último, pero no menos importante, es tomar conciencia de que para ser exitoso en algo hay que dedicarle mucho tiempo y energía a ese proyecto. Es imposible ser exitoso en todo, cuando se está concentrando la energía en un aspecto de la vida (puede ser la familia, los estudios, el deporte, las amistades, el trabajo, etc.) es normal que se descuiden los otros aspectos. Lo más recomendable es lograr un equilibrio, y distribuir tan equitativamente como sea posible la energía y atención entre las áreas de interés. Tener las prioridades en claro será fundamental para que no vivamos como un fracaso aquello que queda relegado a un 2º lugar.
Destinados al fracaso están los perfeccionistas y quienes tienen baja autoestima. Los primeros porque nunca están conformes con nada, y los segundos porque nunca registran nada como un éxito. Suelen olvidar los logros y recordar sólo los fracasos…
