No es el hecho de postergar en sí, sino qué postergamos y cómo nos sentimos después, lo que más preocupa.
¿Está mal postergar?
Hay quienes tienen dificultades para administrar su tiempo (en el trabajo, el estudio, inclusive el tiempo libre), o establecer prioridades. Actualmente hay mucha oferta de entretenimiento. Con las nuevas tecnologías se borran los límites de tiempo y espacio que antes estaban establecidos per-sé, es decir, por más que a las 19hs estés en el tren volviendo del trabajo podés recibir un llamado de tu jefe, un mail con una consulta de un cliente, ver las fotos del cumpleaños de un amigo, hacer las compras del supermercado online, etc.
Si bien esto abre un mundo de posibilidades, implica que tengamos que administrarnos de otra forma el tiempo y las actividades, es fácil que se mezclen el tiempo laboral y el libre por ejemplo, requiere un esfuerzo de selección de atención constante poder manejarlo adecuadamente. Hay un juicio de un Sargento de Policía de Chicago (EEUU) contra el Estado, por no pagarle las horas extras que habría trabajado desde su Blackberry. Así de vigente está el tema en el mundo.
Todo este cambio se produjo tan rápidamente y es tan accesible, que tenemos la falsa ilusión de que no necesitamos adaptarnos, ya estaría incorporado a nuestras vidas sin necesidad de hacer nada…
Estas distracciones que enfrentamos diariamente pueden llevarnos a postergar lo importante en pos de lo urgente, con esta necesidad de responder o estar enterado de todo lo que está pasando minuto a minuto tal es la oferta de Twitter, inclusive el diario La Nación también informa por este medio.
Es un tema muy importante y merece que tomemos unos minutos para reflexionar sobre cómo están cambiando los tiempos en nuestas vidas, pero de todos modos no es sobre esto que los invito a pensar hoy. A quienes va dedicado este post es a quienes postergan su DESEO.
Si bien esto abre un mundo de posibilidades, implica que tengamos que administrarnos de otra forma el tiempo y las actividades, es fácil que se mezclen el tiempo laboral y el libre por ejemplo, requiere un esfuerzo de selección de atención constante poder manejarlo adecuadamente. Hay un juicio de un Sargento de Policía de Chicago (EEUU) contra el Estado, por no pagarle las horas extras que habría trabajado desde su Blackberry. Así de vigente está el tema en el mundo.
Todo este cambio se produjo tan rápidamente y es tan accesible, que tenemos la falsa ilusión de que no necesitamos adaptarnos, ya estaría incorporado a nuestras vidas sin necesidad de hacer nada…
Estas distracciones que enfrentamos diariamente pueden llevarnos a postergar lo importante en pos de lo urgente, con esta necesidad de responder o estar enterado de todo lo que está pasando minuto a minuto tal es la oferta de Twitter, inclusive el diario La Nación también informa por este medio.
Es un tema muy importante y merece que tomemos unos minutos para reflexionar sobre cómo están cambiando los tiempos en nuestas vidas, pero de todos modos no es sobre esto que los invito a pensar hoy. A quienes va dedicado este post es a quienes postergan su DESEO.
Pero, ¿por qué postergaríamos algo que deseamos?
Básicamente por miedo. Aunque parezca simple, el miedo puede tomar muchas formas, hay quienes tienen miedo al fracaso, otros al éxito, a perder algo, a no ser quienes éramos, a perder el amor de amigos y familiares y quedarnos solos, etc.
Si lo analizamos más en profundidad, encontraremos que lo que está siempre presente es el miedo al cambio. Realizar un cambio también conlleva la responsabilidad de hacer frente a lo nuevo, esto puede generar angustia y dudas del tipo “¿estaré a la altura de esto?”, “¿podré afrontar las nuevas situaciones que este cambio represente?”, “¿seré capaz de adaptarme a una nueva rutina, un nuevo trabajo?”, etc. Estas dudas facilitan la postergación a favor de mantenerse dentro de las situaciones conocidas.
Para quienes llegaron leyendo hasta aquí, puede resultar evidente que, para quien tiene miedo al cambio debe ser satisfactorio poder postergar, pero no. Justamente, lo padecen, suelen quejarse por no poder realizar sus proyectos, sean los que sean, un paseo tranquilo una tarde de domingo, un curso que nunca pueden comenzar, un viaje que queda eternamente suspendido, un cambio de trabajo, etc. llegando a convencerse (y a los demás también) de que “no hay nada que yo pueda hacer por eso”, de que “ya pasó el momento/ la oportunidad”. Pero esto no se olvida, y la diferencia con el olvido no es un detalle menor, ya que lo que se olvida carece de importancia, pero en la postergación se sigue anhelando, con culpa y sentimientos de incapacidad para obtener lo que se desea…frustración. Queda en la categoría de “inalcanzable”, la pregunta a hacerse es
Básicamente por miedo. Aunque parezca simple, el miedo puede tomar muchas formas, hay quienes tienen miedo al fracaso, otros al éxito, a perder algo, a no ser quienes éramos, a perder el amor de amigos y familiares y quedarnos solos, etc.
Si lo analizamos más en profundidad, encontraremos que lo que está siempre presente es el miedo al cambio. Realizar un cambio también conlleva la responsabilidad de hacer frente a lo nuevo, esto puede generar angustia y dudas del tipo “¿estaré a la altura de esto?”, “¿podré afrontar las nuevas situaciones que este cambio represente?”, “¿seré capaz de adaptarme a una nueva rutina, un nuevo trabajo?”, etc. Estas dudas facilitan la postergación a favor de mantenerse dentro de las situaciones conocidas.
Para quienes llegaron leyendo hasta aquí, puede resultar evidente que, para quien tiene miedo al cambio debe ser satisfactorio poder postergar, pero no. Justamente, lo padecen, suelen quejarse por no poder realizar sus proyectos, sean los que sean, un paseo tranquilo una tarde de domingo, un curso que nunca pueden comenzar, un viaje que queda eternamente suspendido, un cambio de trabajo, etc. llegando a convencerse (y a los demás también) de que “no hay nada que yo pueda hacer por eso”, de que “ya pasó el momento/ la oportunidad”. Pero esto no se olvida, y la diferencia con el olvido no es un detalle menor, ya que lo que se olvida carece de importancia, pero en la postergación se sigue anhelando, con culpa y sentimientos de incapacidad para obtener lo que se desea…frustración. Queda en la categoría de “inalcanzable”, la pregunta a hacerse es
¿POR QUÉ?
¿QUÉ IMPLICARÍA REALIZARLO?
No es el propósito de este blog generalizar, ni presentar ideas cerradas, armadas, sino abrir un espacio para reflexionar y seguir pensando y en este caso el espacio es un taller que realizaremos en el consultorio de Villa Urquiza.
Si querés participar envia un mail a marielabassani@psi.uba.ar con tus datos y te responderé a la brevedad. Como en el taller anterior, los cupos son limitados.
Si querés participar envia un mail a marielabassani@psi.uba.ar con tus datos y te responderé a la brevedad. Como en el taller anterior, los cupos son limitados.
“No esperes el momento preciso. Empieza ahora. Hazlo ahora. Si esperas por el momento adecuado nunca dejarás de esperar”
J. Gillman
J. Gillman
“Las cadenas de la esclavitud solamente atan las manos: es la mente lo que hace al hombre libre o esclavo.”
Franz Grillparzer
Franz Grillparzer
